Pita, de vereda masacrada a ‘Tierra de Paz’ en el departamento del Atlántico
Está ubicada en el corregimiento Las Tablas, en Repelón, donde avanza la reparación colectiva.
El Gobierno Nacional, la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía municipal de Repelón, acordaron desde el año 2013 con la comunidad de Pita, una serie de obras y acciones que hoy día se ven materializadas en este pueblo del corregimiento de Las Tablas, masacrado en dos fechas diferentes por el paramilitarismo: diciembre 31 de 2000 y septiembre 30 de 2003.
Pita, llamada así por la “mata de fique”, de la que los campesinos sacan el bejuco para fabricar la pita o cabuya que utilizaban en los amarres de las construcciones y otras actividades domésticas del campo, está poblada por 113 víctimas, agrupadas en 32 familias, que retornaron a esta vereda luego de haber sido testigos del asesinato de siete hombres y de haberse desplazado a otros municipios de la zona en donde padecieron múltiples necesidades.
El Estado, a través de la Unidad para las Víctimas, luego de reconocerlos como comunidad Sujeto de Reparación Colectiva, ha logrado avanzar en la reconstrucción del tejido social y la reparación de Pita de acuerdo a las medidas pactadas en la Ley de Víctimas (Ley 1448 de 2011) y la ruta diseñada junto con la comunidad en el Plan Integral de Reparación Colectiva -PIRC-.
De acuerdo conesa ruta, y en trabajo mancomunado con las entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a Víctimas -SNARIV-, Pita ha dejado de ser un caserío desconocido y olvidado por el país para convertirse en tierra de Paz.
Pita conmemora cada año a sus víctimas
El pasado 30 de septiembre, en atención a la medida de satisfacción de este Sujeto de Reparación Colectiva, la Unidad para las Víctimas en compañía de la administración departamental de Atlántico, la Alcaldía de Repelón y otras entidades gubernamentales, realizaron actos en homenaje y dignificación para llevar a cabo la "Conmemoración de Pita”.
Dentro de las actividades que se cumplieron, desde el 28 de septiembre y que culminaron con el gran evento de conmemoración el sábado, se destaca la jornada de actualización de documentos y toma de novedades para agilizar los procesos de indemnización de cada familia víctima de Pita, al igual que la entrega formal de tres módulos de 4 m2 que fueron construidos en la vereda para funcionar como escuela, puesto de salud y salón comunal para múltiples eventos.
Estos módulos, pintados de color blanco y verde por las mismas víctimas, poseen un mensaje grande en su exterior que dice “Pita, Tierra de Paz”, el mismo, que se encontraba pintado a mano en las camisetas, telares y paredes de las 19 casas hechas de bahareque y tablas que se encuentran en Pita.
La noche del 29 de septiembre, las víctimas en compañía de la Unidad para las Víctimas, llevaron a cabo una vigilia por la Paz compartiendo las prácticas de afrontamiento que ha tenido esta comunidad alrededor de una fogata. A la mañana siguiente, dieron inicio a la conmemoración oficial con un sentido acto litúrgico en honor a las víctimas Félix Caraballo y Daniel Montero, ambos asesinados el 30 de septiembre de 2003.
Durante este día, el himno nacional estuvo a cargo de los niños de la escuela primaria, el partido por la reconciliación a cargo de los jóvenes, el sancocho comunitario de seis ollas a cargo de las mujeres y los líderes del pueblo, y la corta parranda vallenata a la final de la tarde con la canción “Para el mundo” a cargo del conjunto conformado por seis hombres que integran el Comité de impulso de este Sujeto de Reparación Colectiva en el Atlántico.
Los avances en la reparación
En Pita, no corría agua potable desde que fue creado el pueblo, hace un siglo aproximadamente, pero en el 2016, cerca de 20 millones de pesos, fueron invertidos por parte de la Alcaldía municipal de Repelón en mano de obra calificada para la instalación de los materiales y construcción del mini acueducto que fue entregado por la Unidad para las Víctimas Territorial Atlántico. Ahora Pita, ya cuenta con agua potable y esto, ha mejorado las condiciones de salubridad en los hogares de las víctimas, en el cuidado de los alimentos e higiene de los niños, y la disminución de infecciones y enfermedades.
Desde el 2015, la Unidad para las Víctimas puso en marcha con la Gobernación del Atlántico y en asocio con Un Techo para mi País, un plan de construcción y mejoramiento de viviendas, y reconstrucción del pequeño parque donde se halla una estatua de San Roque, así como de la cancha de fútbol y la de baloncesto con la entrega de marcos y tableros con canasta, para cada juego.
También recibieron instrumentos musicales para el conjunto vallenato propio de las víctimas, al igual que sillas y mesas plásticas, entre otras ayudas materiales.
La Unidad con la Alcaldía de Repelón, gestionaron un proyecto productivo en donde les entregó a las víctimas 1500 árboles de aguacate aproximadamente para incentivar y reactivar la vocación agrícola de la población de Pita.
Desde el 2013, cuentan con jornadas permanentes de atención, orientación y acompañamiento en el factor psicosocial desde la estrategia “Entrelazando” que hace parte de la Ruta de Reparación Colectiva, en donde se les ha trabajado a las víctimas la recuperación del tejido social y superación del duelo. También, se han desarrollado en Pita acciones de empoderamiento social con la comunidad gestionando con diferentes entidades territoriales y empresas del sector privado la entrega de regalos de navidad, artículos escolares, entre otros.
De igual manera, han recibido toda la oferta institucional del SNARIV con el acceso a los programas especiales dirigidos a víctimas del conflicto armado, y el acceso a salud, educación básica y secundaria, libretas militares gratuitas para los jóvenes de la población y acceso a los programas del ICBF.
Así mismo, se han llevado a cabo variados actos simbólicos de dignificación por la memoria de las víctimas de la masacre de Pita entre los que se destacan Félix Caraballo (el cual posee un monumento en la “Y” de la Cienaguita camino de Las Tablas a Pita), y Daniel Montero quien no vivía en Pita pero frecuentaba la vereda por la cosecha que tenía en la zona.
“El Estado, reconoce que aún existen limitaciones y necesidades en Pita, pero es evidente la transformación que las víctimas han experimentado durante estos últimos años con el acompañamiento que se les ha brindado, por eso hoy ellos mismos declaran a su vereda como “¡Pita Tierra de Paz!”, afirma Alfredo Palencia, director Territorial de la Unidad para las Víctimas en el Atlántico, quien también se hizo presente en la reciente conmemoración de este pueblo.